Escenario
Después de que se pusiera en marcha el Plan Real en 1994, la economía es cada vez más sólida; año tras año Brasil acumula más récords
Se convirtió en una de las 10 potencias mundiales, se autoabastece de petróleo y lidera la producción de biocombustibles
Petrobras es una de las multinacionales más grandes de la región
La violencia callejera y los focos de corrupción que existen en el Estado son dos de los desafíos que aún resta resolver
Domingo 24 de junio de 2007 | Publicado en la Edición impresa Noticias de Economía
SAN PABLO.- El hombre come un asado, hecho al carbón, con ensalada de palmitos, acompañado de guaraná. Luego, toma un café con azúcar y un chocolate, y una papaya de postre. Le pone combustible etanol a su auto blindado -exigencia de su empresa- y va hasta el aeropuerto, hecho con una moderna estructura expuesta de hierro, y aborda un jet ejecutivo por una reunión de trabajo. En el avión, decorado internamente con madera, se quita los zapatos y le sirven jugo de naranja mientras habla por celular.
Cuando recuerda su día enumerando lo que hizo hasta atender el celular, el ejecutivo, que es brasileño, se da cuenta con un cierto orgullo: en cada uno de los productos que consumió o que utilizó, del jugo de naranja al avión, Brasil es el primero, segundo o tercer productor o exportador mundial.
Desde el lanzamiento del Plan Real, en 1994, Brasil siguió un camino de modernización que, a pesar de las crisis económicas y los escándalos políticos, le está permitiendo al país ubicarse como un jugador influyente en el escenario mundial.
Hoy forma parte del "top 10": con un producto bruto interno de 1170 millones de dólares, es una de las 10 mayores economías del mundo, superando a Rusia y la India, sus compañeros emergentes del BRIC (Brasil, Rusia, India y China).
No crece como las demás potencias emergentes -en promedio, en la última década, ni la tercera parte que el 9,7 % de China, por ejemplo-, pero lo hace en una democracia plena -justificativa a veces usada en exceso por el presidente Luiz Inacio Lula da Silva para decir que aquí en Brasil no se pueden hacer las cosas tan rápido como el país de Confucio.
Los avances no esconden la larga lista de problemas del país, comenzando por la violencia récord (115 homicidios por día), que explica por qué Brasil es el segundo mayor fabricante de autos blindados. También los focos de corrupción en infinidad de espacios del Estado, gigantesca concentración de riquezas, educación deficiente, burocracia compleja y carga tributaria desproporcionada.
Y sin embargo, en ese contexto, Brasil tiene hoy una democracia con un sistema de voto electrónico ejemplar, la gente paga su impuesto de ingresos por Internet, la libertad de prensa es irreprochable y las instituciones del estado avanzan, en la medida de lo posible, con un proyecto de país y no de gobierno.
Quedaron en la historia las corridas hacia las casas de cambio, la fuga desaforada de capitales, las quiebras de bancos y las visitas temidas de las misiones del Fondo Monetario Internacional. Al FMI el país ya no le debe nada: saldó su deuda en 2005. El riesgo país, que superó los 2300 puntos en 2002, ahora es de apenas 145, y el país avanza en todas las calificaciones de riesgo.
Las reservas, que durante la crisis de 1998 se acercaron peligrosamente a los US$ 10.000 millones de dólares, hoy llegan a 122.000 millones. El índice de la Bolsa de Valores de San Pablo ya se valorizó casi 300% en cinco años, y el mercado de acciones atrajo a la clase media, que se benefició del resultado de papeles como Vale do Rio Doce o Petrobras -si antes sus impuestos iban para saldar el pasivo de esas empresas, ahora obtiene lucros como accionista. El país también logra atraer la atención del mundo con una agenda de políticas humanistas o ecológicas.
Posee una política de SIDA respetada en el mundo, lanzada en el gobierno de Fernando Henrique Cardoso por el ministro José Serra, uno de los presidenciables más fuertes para suceder a Lula en 2010. Y el país, que ya tiene una matriz energética casi completamente hídrica renovable y no contaminante, se convirtió en una referencia mundial para el etanol, el que combustible biológico que puede cambiar la matriz energética del mundo.
Días atrás hizo la primera exportación piloto del combustible para Japón.
El economista Fabio Castelo Branco, gerente ejecutivo de la Confederación General de la Industria, dice que el nuevo ciclo de desarrollo brasileño no tiene apenas una explicación.
Apertura comercial
"Es algo que comienza con la apertura comercial de comienzo de los años 90, que permite que el sector productivo se integre a la economía mundial y aumente la competitividad", comenta. Eso generó una reestructuración de empresas y una "limpieza" de aquellas que no eran competitivas.
El proceso continuó con la privatización de empresas públicas ineficientes, combinado con la estabilización de la economía y la moneda con el Plan Real.
"Al percibir que el problema inflacionario está superado, se estiran los horizontes de los agentes económicos. Los precios relativos de la economía adquieren transparencia, surgen oportunidades de negocios, inversiones...". La secuencia fue una superación de la dependencia externa de Brasil. "A partir de que en 2003 y 2004 comenzamos a tener superávit en la cuenta corriente, lo que significa que no dependemos de capitales externos para cerrar nuestras cuentas, subimos un escalón más."
Claro, el contexto ayudó, dice Castelo Branco. "En los últimos años la economía internacional está en vuelo de crucero". Fue ese un factor fundamental para que las exportaciones saltaran de 50.000 millones al final del gobierno Cardoso, para 130.000 millones de ahora -apenas cinco años-. Pero el crecimiento mundial no explica todo, sino Haití también estaría en un buen momento.
Esta combinación de factores hizo que si en veinte años, entre 1984 y 2004, la economía creció 2% por año en promedio, en los últimos cuatro años lo hizo entre 3% y 4 por ciento. En promedio, los emergentes crecen 6% al año, bastante más que Brasil.
Castelo Branco toma dos ejemplos clásicos: India y China. La India realizó en las últimas décadas una inversión en educación enorme, con lo que genera olas de mano de obra calificada, lo que compensa su mala infraestructura; China, en tanto, se beneficia de la mano de obra barata y de una infraestructura excelente.
Dos atenuantes para Brasil: India no tiene un sistema de previsión social como el brasileño, que hoy cubre a decenas de millones de personas que nunca aportaron al Estado, lo que genera un déficit público brutal pero al mismo tiempo paga una deuda social. Y Brasil, a diferencia de China, tiene un sistema político democrático que implica negociación y lucha de intereses.
Petrobras es uno de los casos de éxito que todo gobierno brasileño exhibe con orgullo. En los últimos años, la compañía, que cotiza sus acciones en la Bolsa de Nueva York -el 51% está en manos del Estado-, se convirtió en la más importante multinacional brasileña. Apenas 32 años atrás, en 1974, Petrobras realizó el primer descubrimiento de petróleo. "Cuando Petrobras fue creada, a mediados del siglo pasado, había casi un consenso mundial de que el país no tenía petróleo", contó a LA NACION Hugo Repsold, gerente de Estrategia y Gestión de Petrobras. Fue a mediados de los años 70 cuando el país decidió que haría el intento: mandaron técnicos a estudiar afuera y decidieron explorar aguas profundas.
"En 1974 se realiza el primer descubrimiento en la Cuenca de Campos, en Río de Janeiro y se comienza a incentivar una especialización. Tuvimos que desarrollar tecnología que no existía en ninguna parte del mundo, porque nadie estaba haciendo lo que nosotros queríamos hacer".
Según Repsold, en 184, cuando la tecnología determinó que habría mucho petróleo en aguas profundas de la costa brasileña, "en este momento Petrobras vislumbró que la autosuficiencia sería posible". Fue conseguida el año pasado, después de un proceso que convirtió a Petrobras en la mayor especialista del mundo en explotación de petróleo offshore . En este momento Brasil es el país con la séptima mayor reserva de petróleo comprobada (19 años), 6° en producción y ocupa el tercer lugar mundial en el coeficiente reservas/producción.
La apertura del mercado de Brasil, que obligó a Petrobras a competir en su propio territorio con otras compañías multinacionales, es uno de los factores apuntados por Repsold. "También la adopción de un modelo de gestión moderno, la apertura de capital (en 2002) y la búsqueda de nuevos mercados fueron fundamentales para modernizar la compañía". En apenas diez años pasó de producir 1 millón de barriles diarios, para 2 millones a fin de este año y hoy tiene presencia en 26 países, ganando terreno en aguas profundas.
La vanguardia de Petrobras está en los biocombustibles, como el etanol (de caña de azúcar) y el biodiesel (diésel con agregado de combustibles orgánicos). "Brasil tiene una vocación agrícola muy grande, porque tiene mucha tierra, mucha agua y mucho sol, por lo que su ventaja competitiva con los biocombustibles es grande. No sé si nos convertiremos en una «Arabia Saudita verde», como dicen, pero corremos con ventaja."
Por Luis Esnal
Corresponsal en Brasil
Até os argentinos enxergam o que alguns brasileiros não vêem. Mas não vamos desistir. Vamos continuar redescobrindo o Brasil.