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Estaleiro Domecq Garcia - Argentina

Enviado: Qua Mar 08, 2006 4:49 pm
por Einsamkeit
Astillero Domecq García:
Un ambicioso proyecto que sigue creciente

El Astillero Domecq García es un complejo industrial que comprende una superficie de 30 mil metros cuadrados y junto al Syncrolift, que posee la empresa privada Tandanor, la superficie total suma 130 mil m2. De esta forma se convierte en un gigante con características inéditas en toda América del Sur. Compuesto por 3 naves principales, 11 auxiliares y con puentes grúas, como principal estructura de toda la plataforma, permite realizar toda la actividad industrial naval dentro de las instalaciones.
El Syncrolift, es un dispositivo que reemplaza potencialmente a un dique de fosa, y además se caracteriza por funcionar como un ascensor que permite levantar unidades de hasta 185 metros de eslora (largo) 32 metros de manga (ancho) y 100 mil toneladas.

Una vez que estos barcos son levantados por este dispositivo, se disponen en una serie de rieles, similar a un dispositivo tranviario, que posibilita que las unidades puedan se trasladadas hasta el interior del Astillero, permitiendo de esta manera que los trabajos se realicen bajo techo, evitando así que las condiciones climáticas no impidan la continuidad de las tareas.

“ Es como si fuera un taller que funciona las 24 hs del día, realizando trabajos de alta complejidad y con las capacidades con las que actualmente cuenta el Astillero, que son de un 80%, es un alto porcentaje para estos dos años, estamos trabajando para su recuperación total en el futuro ”, comentó el Jefe de Proyecto Submarino, Capitán de Navío Jorge Fernando DACHARRY.

El proyecto de recuperar las capacidades del complejo se consiguió casi en su totalidad y consecuentemente la motivación para realizar nuevos trabajos, impulsados por la Armada Argentina y el Estado Nacional, que comprometidos con la industria naval y sumado que en el sector privado no hay capacidades para enfrentar este tipo de reparaciones, les dan la posibilidad al Astillero Domecq García de poder brindar este servicio.

En cuanto a la fabricación, desde hace dos años ya se han concluido el armado del casco de un pesquero de 18 metros para un armador de Mar del Plata, cuya construcción final se realizo en esa ciudad. Asimismo se construyeron 2 barcazas, una contenedora, con capacidad para transportar hasta 400 contenedores y otra petrolera de 6 mil metros cúbicos de livianos, para abastecer a dos armadores de la hidrovía. Estos trabajos son emprendimientos privados y, a través de convenios se trabaja en conjunto donde el Astillero colabora prestando servicios a esas empresas.

Mediante un acuerdo con Tandanor, se permitió el ingreso de 16 buques pesqueros y la reparación del Submarino ARA “Salta”, el Yate ARA “Iratí”, el Buque Multipropósito ARA “Ciudad de Rosario”, el Buque Hidrográfico ARA “Comodoro Rivadavia”, y en poco tiempo entrarán en gradas el Patrullero ARA “King” y la Lancha Hidrográfica ARA “Cormorán”.

Independientemente de las reparaciones, se recuperó la totalidad de los servicios de agua, incendio, aire comprimido, oxígeno, alumbrado e iluminación. La nave industrial está funcionando, aunque aún no en su totalidad, todo esto en los dos años desde que el Astillero reabrió sus puertas y, si se tiene en cuenta las condiciones en las que se encontraba después de haber estado cerrado durante 10 años, los logros obtenidos hasta ahora superaron muchas de las expectativas creadas.

Otro aspecto importante que se está encarando simultáneamente es la incorporación de cierta maquinaria necesaria para la reparación de media vida de los submarinos y la autogestión por parte del Astillero.

Caben destacar dos aportes significativos:

-Con la colaboración de los servicios que el Astillero le presta a empresas privadas y los trabajos en conjunto que se realizan, se logró la recuperación casi total de un local de gran alzado y el tratamiento de chapa, muy importante a la hora de la construcción de un barco o una barcaza, este es un aporte mixto.

- Por otra parte la recuperación de una Prensa hidráulica fue un aporte genuino, ya que permite doblar y cortar chapas de acero de un espesor de 35 milímetros.

Paralelamente se montó y está en servicio el tren de oxicorte, este es un pantógrafo grande, que permite cortar las chapas en serie y estará funcionando en su totalidad para el 2006.

Uno de los objetivos previstos en el programa de desarrollo de este Astillero, es la adquisición de repuestos y contrataciones para que a mediados del próximo año se lleve a cabo la reparación de media vida del Submarino ARA “San Juan”.

Entre las reparaciones de gran envergadura que se le realizarán a esta unidad, que demandarán 24 meses, se hará el cambio de la planta motriz que está degradada y los 4 motores, como así también el de las baterías, trabajo este que se realizará junto a una firma privada.

Además se le cortará el casco resistente que tiene 32 milímetros de espesor, una tarea realmente compleja, ya que una vez que se suelde nuevamente debe tener la misma performance que tuvo antes, constituye un gran desafío, pero el Astillero Domecq García está en condiciones de encarar.


El astillero recuperado para la Armada y la industria naval

Buenos Aires, 1 de enero (Télam).- El astillero Domecq García recuperó en un año y medio entre el 70 y el 80 por ciento de su capacidad industrial, tras una década de devastación, con una inyección presupuestaria de un millón de pesos a comienzos de 2004 y desde entonces mediante el autofinanciamiento.

En el extremo de la Costanera Sur porteña, en dirección a La Boca, desde mediados de los `90 este astillero de la Armada permaneció cerrado por decisión del gobierno de Carlos Menem y sobre su "cadáver" se proyectaron desde un gran shopping hasta la expansión del vecino negocio inmobiliario de Puerto Madero.

En septiembre de 2004 encabezó allí un acto el presidente Néstor Kirchner para oficializar la reapertura y denunciar que el neoliberalismo dejó del Estado sólo "ruinas y astillas, nada más".

En estos días trabajan allí unas 250 personas, en su mayoría personal de diversos oficios de las empresas contratistas, además de medio centenar de miembros de la Marina de Guerra, incluidas las autoridades del establecimiento.

Concebido a comienzos de los `80 como un astillero para la construcción submarinos, este año realizó el carenado y cambio de baterías del Salta -el mismo en el que hizo la última reparación de media vida en 1995, antes de cerrar la planta- y para fines del año próximo hará los trabajos de media vida del San Juan.

"Desgraciadamente, mientras estuvo cerrado, tras haber tenido la tecnología requerida para tareas de esa magnitud, debimos llevar al submarino Santa Cruz a Río de Janeiro y pagar las divisas que costó hacer ese trabajo en el exterior", dijo a Télam el contraalmirante Carlos Sánchez, director ejecutivo de la Dirección de Material Naval.

En los últimos días de 2005, con los contratistas y el uso de las aledañas instalaciones de Tandanor, se trabajaba en una decena de embarcaciones de distinto porte y tipo, entre ellas una barcaza doble casco para transportar combustible, un potero (para la captura de calamar) y varios pesqueros.

Durante la recorrida guiada por el capitán de fragata Carlos Ferrara, jefe de ingeniería del astillero, se pudo también advertir la presencia en muelles del buque hidrográfico Comodoro Rivadavia, botado el miércoles último tras la finalización del carenado y otras importantes reparaciones.

Ferrara puntualizó que devolver su capacidad industrial al astillero implica no sólo recuperar instalaciones y equipos sino brindar capacitación en diversos oficios, algunos tan exigentes como la soldadura de submarinos, en lo que están trabajando.

La capacidad para realizar al mismo tiempo tareas en varias naves es uno de los atributos del Domecq García, "de estructura, dimensiones y características que no existe en Latinoamérica ni en varios países del Primer Mundo", destacó Sánchez.

La barcaza con la proa ya presentada para la soldadura es la segunda petrolera del mismo tipo construida este año en el Domecq García por cuenta del astillero marplatense SPI, por primera vez de diseño y construcción nacional. Otra barcaza de diferente propósito ya fue botada y pronto se comenzará con la cuarta.

"Una barcaza no es un barco en términos de complejidad, pero son los `palotes` necesarios que hay que hacer para poder relanzar este astillero", explicó Sánchez.

"Después de diez años, tuvimos que empezar por sacar la telaraña, sacar los vidrios rotos, reponer todos los servicios eléctricos, desmalezar... Estaba todo abandonado y tuvimos que reconstruirlo todo, empezar de nuevo", describió.

La reactivación del Domecq apunta a satisfacer necesidades propias de la Armada y también a la recuperación de toda la industria naval del país, expuso por su parte el contraalmirante Gustavo Leprón, director general de Material Naval y número cinco en la línea de mando de la Armada.

Destacó además que la Marina de Guerra tiene "una larga tradición de vincularse con la industria naviera y con la industria naval privada" mediante licitaciones y en trabajos que contribuyen decisivamente al autofinanciamiento del Domecq.

"La Marina en los últimos 70 años construyó en el orden de los 35 buques, de sus buques, lo que da un promedio de uno cada dos años. Hace falta duplicar esa media", afirmó.

Para esto, "se requiere un entorno organizacional adecuado. Nosotros estamos muy satisfechos por el hecho de que se mantuvo la industria local pese a todas las peripecias por las que pasó".

"La última corbeta que sacamos, de la serie Meko 140, la `Gómez Roca`, nos pone muy orgullosos respecto a su calidad.

Todavía está esa calidad. Lo que es absolutamente imprescindible
es que la gestionemos bien y esto es lo que estamos discutiendo
con todos los actores de la industria naval", apuntó.

En este sentido, Leprón destacó el papel clave del Domecq García y del astillero Río Santiago, el mayor del país para la construcción de naves, también estatal pero en la órbita de la administración bonaerense.

Según Leprón, para los requerimientos específicos de la Armada y para el país, la recuperación de la industria naval es "una cuestión estratégica".

"Sabemos que la mayor parte del comercio internacional va por mar. La pregunta es por qué no llevar esa carga, ese flete, con barcos argentinos y con mano de obra argentina", expresó sobre otro aspecto en el que los años `90 dejaron nada menos que la destrucción de ELMA, la marina mercante argentina.

En consecuencia, "tenemos que darle sentido social a las necesidades tecnológicas de la Marina y lograr desarrollos tecnológicos propios. Una orientación que persista".

Sobre las necesidades propias, puntualizó que muchos de los buques de la Marina de Guerra llegaron a la media vida, la etapa en la que requieren una reparación global, de alta complejidad, incluidos el cambio de motores y la renovación tecnológica.

"Al mismo tiempo, la Armada requiere medios. Nosotros tenemos hoy otros 2,7 millones de kilómetros cuadrados en el mar, equivalentes al territorio propio terrestre. Eso con las 200 millas de la plataforma continental. Con la COPLA, se triplica", resumió en alusión a los derechos pretendidos por el país respecto de la llamada milla 350.

Más allá de las necesidades propias, son muchos los submarinos de flotas de todo el mundo que en estos años ingresarán en la media vida y pueden encontrar en el Domecq un astillero de primera línea y con ventajas comparativas también en los costos.

"Nosotros tenemos que demostrar que lo podemos hacer bien y en el tiempo adecuado. Es lo que pretendemos con la reparación del San Juan, que además necesitamos, para que otros que nos están mirando opten por la Argentina para hacer trabajos de la misma naturaleza", resumió a su vez el contraalmirante Sánchez.


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