Força Aérea Mexicana. Renovar-se ou morrer...
Enviado: Sex Ago 10, 2007 1:22 am
Meus prezados:
Fuerza Aérea Mexicana: Renovar o morir
No cabe duda que cuando se trata de renovación de material bélico, México se lleva el primer lugar…en quedarse dormido.
Christian J. Ehrlich Martínez
Colaborador Defesa @ Net - México
Recientemente, la Fuerza Aérea Mexicana realizó un estudio para determinar qué opciones pueden servir para reemplazar parte de su equipo de vuelo, mucho del cual tiene más de 50 años en el aire. Desgraciadamente, el estudio está plagado de errores y carece de inteligencia estratégica, es decir, de planeación a largo plazo. Vamos por partes.
Con la llegada del nuevo gobierno, la Fuerza Aérea se apresuró a señalar que tenía varios aviones prácticamente obsoletos y que buscaría opciones para reemplazarlos. Los aviones en cuestión son los Lockheed T-33 (50 años de servicio), Hercules C-130A (53 años en servicio) y los Rockwell Shrike Commander (30 años en el aire).
Los T-33 son aviones de entrenamiento a reacción que llegaron a México a principios de los años 1960, y aunque prestaron un valioso servicio a la FAM, hoy es más que urgente renovarlos –se debieron haber renovado hace 25 años. Por otro lado, los aviones de transporte Hércules C-130A son, créalo usted o no, los Hércules más viejos en servicio del mundo. Las aeronaves de reconocimiento Shrike Commander son bimotores que también ha sido utilizados para el transporte de personal (en la modalidad de enlace) y de carga ligera.
De manera que la FAM realizó tres propuestas de acción:
a) Adquirir 3 aviones nuevos del tipo Hércules C-130J, 20 aviones turbohélice de nueva generación Embraer Super Tucano y 8 jets de entrenamiento y ataque ligero Aero L39.
b) Adquirir 3 aviones usados del tipo Hércules C-130H, 8 aviones de entrenamiento suizos con poca capacidad de ataque al suelo Pilatus PC-9M y 20 avionetas –sí, oyó usted bien- Cessna 206.
c) Seguir utilizando el material actualmente en uso.
Es lógico que la propuesta tres ni siquiera debería estar considerada, por lo que debemos descartarla para nuestro comentario. Centrémonos en las primeras dos opciones.
La opción A es quizás la más adecuada, porque introduce aviones de transporte nuevos que, aunque caros, significan menos costos de operación y mantenimiento para el futuro. Por otro lado, los Super Tucano son aviones de gran capacidad de ataque al suelo que también pueden servir de entrenadores avanzados. Así también, los Super Tucano son perfectamente compatibles con los tres EMB-145 de alerta temprana y reconocimiento que opera México desde el gobierno pasado. Los tres aviones de alerta temprana y los Super Tucano podrían comunicarse mediante un Data Link que garantizaría interoperatividad de la flota, necesaria para eficientar las misiones.
Sin embargo, llama la atención que la propuesta A también incluye la incorporación de 8 jets usados del tipo Aero L-39, sobretodo porque la FAM menciona que los mismos servirían para sustituir a los Rockwell Shrike Commander. Dígame usted, desde cuando un jet de combate sustituye a un avión de transporte de hélices. Sin mencionar que los L39 son aviones viejos, de sistemas obsoletos (de manufactura soviética) y con grandes dificultades para adquirir repuestos.
La opción B es menos interesante, pues significa incorporar aviones de transporte usados Hércules C-130H que, aunque más baratos que los nuevos, garantizarán mayores costos de mantenimiento y operación. Sin mencionar que ya no se fabrican, lo que dificultará en el futuro la compra de repuestos.
Por otro lado, la compra de 8 Pilatus PC-9M no es mala, dado que ya se tienen dos de estos aparatos recibidos el año pasado. Sin embargo, los PC-9M son entrenadores con muy poca capacidad de ataque al suelo, y NO SON COMPATIBLES con nuestras plataformas de alerta temprana.
En esta segunda opción también salta a la vista la intención de adquirir avionetas Cessna 206, que no servirán para otra cosa más que para mantener las horas de vuelo de los pilotos.
Señores, una avioneta no puede volverse parte central de la columna operativa de una Fuerza Aérea moderna.
Desgraciadamente, la Fuerza Aérea ha mostrado mayor interés en la segunda opción, quizás por razones económicas. Sin embargo, no podemos dejar de decir que si la FAM opta por aviones de carga usados y aviones de entrenamiento sin capacidad de ataque, además de avionetas Cessna, estaremos convirtiendo a nuestra Fuerza Aérea en una verdadera payasada.
La opción que debe considerarse es la primera, exceptuando a los L39. En su lugar, podrían adquirirse más Embraer Super Tucano y dotar a nuestros pilotos de un avión de combate moderno, avanzado en sus sistemas y con gran capacidad de ataque al suelo.Esperemos que en la decisión reine la mentalidad a largo plazo y no la búsqueda de soluciones temporales, que no harán más que minar la capacidad operativa de la Fuerza Aérea Mexicana.
Pd. Si la decisión estará basada en la disponibilidad de recursos, por qué no cerrar la gran cantidad de bases aéreas militares que no sirven para nada. Como ejemplo, está la Báse Aérea Militar de Monterrey, donde casi nunca hay equipo de vuelo y que se encuentra en el interior del Aeropuerto del Norte. Así como ésta, hay más bases que consumen personal y recursos para nada. Si de vez en cuando llegan aviones militares, bien pudieran hospedarse en los mismos aeropuertos, no se justifica tener bases aéreas si sólo son visitadas de vez en cuando por un perdido Cessna. Eso ahorraría recursos, que pudieran utilizarse en renovar el equipo de vuelo.
É isso aí! Super Tucanos para a Fôrça Aérea Mexicana. DÁ-LHE EMBRAER!
Um abraço e até mais...
Fuerza Aérea Mexicana: Renovar o morir
No cabe duda que cuando se trata de renovación de material bélico, México se lleva el primer lugar…en quedarse dormido.
Christian J. Ehrlich Martínez
Colaborador Defesa @ Net - México
Recientemente, la Fuerza Aérea Mexicana realizó un estudio para determinar qué opciones pueden servir para reemplazar parte de su equipo de vuelo, mucho del cual tiene más de 50 años en el aire. Desgraciadamente, el estudio está plagado de errores y carece de inteligencia estratégica, es decir, de planeación a largo plazo. Vamos por partes.
Con la llegada del nuevo gobierno, la Fuerza Aérea se apresuró a señalar que tenía varios aviones prácticamente obsoletos y que buscaría opciones para reemplazarlos. Los aviones en cuestión son los Lockheed T-33 (50 años de servicio), Hercules C-130A (53 años en servicio) y los Rockwell Shrike Commander (30 años en el aire).
Los T-33 son aviones de entrenamiento a reacción que llegaron a México a principios de los años 1960, y aunque prestaron un valioso servicio a la FAM, hoy es más que urgente renovarlos –se debieron haber renovado hace 25 años. Por otro lado, los aviones de transporte Hércules C-130A son, créalo usted o no, los Hércules más viejos en servicio del mundo. Las aeronaves de reconocimiento Shrike Commander son bimotores que también ha sido utilizados para el transporte de personal (en la modalidad de enlace) y de carga ligera.
De manera que la FAM realizó tres propuestas de acción:
a) Adquirir 3 aviones nuevos del tipo Hércules C-130J, 20 aviones turbohélice de nueva generación Embraer Super Tucano y 8 jets de entrenamiento y ataque ligero Aero L39.
b) Adquirir 3 aviones usados del tipo Hércules C-130H, 8 aviones de entrenamiento suizos con poca capacidad de ataque al suelo Pilatus PC-9M y 20 avionetas –sí, oyó usted bien- Cessna 206.
c) Seguir utilizando el material actualmente en uso.
Es lógico que la propuesta tres ni siquiera debería estar considerada, por lo que debemos descartarla para nuestro comentario. Centrémonos en las primeras dos opciones.
La opción A es quizás la más adecuada, porque introduce aviones de transporte nuevos que, aunque caros, significan menos costos de operación y mantenimiento para el futuro. Por otro lado, los Super Tucano son aviones de gran capacidad de ataque al suelo que también pueden servir de entrenadores avanzados. Así también, los Super Tucano son perfectamente compatibles con los tres EMB-145 de alerta temprana y reconocimiento que opera México desde el gobierno pasado. Los tres aviones de alerta temprana y los Super Tucano podrían comunicarse mediante un Data Link que garantizaría interoperatividad de la flota, necesaria para eficientar las misiones.
Sin embargo, llama la atención que la propuesta A también incluye la incorporación de 8 jets usados del tipo Aero L-39, sobretodo porque la FAM menciona que los mismos servirían para sustituir a los Rockwell Shrike Commander. Dígame usted, desde cuando un jet de combate sustituye a un avión de transporte de hélices. Sin mencionar que los L39 son aviones viejos, de sistemas obsoletos (de manufactura soviética) y con grandes dificultades para adquirir repuestos.
La opción B es menos interesante, pues significa incorporar aviones de transporte usados Hércules C-130H que, aunque más baratos que los nuevos, garantizarán mayores costos de mantenimiento y operación. Sin mencionar que ya no se fabrican, lo que dificultará en el futuro la compra de repuestos.
Por otro lado, la compra de 8 Pilatus PC-9M no es mala, dado que ya se tienen dos de estos aparatos recibidos el año pasado. Sin embargo, los PC-9M son entrenadores con muy poca capacidad de ataque al suelo, y NO SON COMPATIBLES con nuestras plataformas de alerta temprana.
En esta segunda opción también salta a la vista la intención de adquirir avionetas Cessna 206, que no servirán para otra cosa más que para mantener las horas de vuelo de los pilotos.
Señores, una avioneta no puede volverse parte central de la columna operativa de una Fuerza Aérea moderna.
Desgraciadamente, la Fuerza Aérea ha mostrado mayor interés en la segunda opción, quizás por razones económicas. Sin embargo, no podemos dejar de decir que si la FAM opta por aviones de carga usados y aviones de entrenamiento sin capacidad de ataque, además de avionetas Cessna, estaremos convirtiendo a nuestra Fuerza Aérea en una verdadera payasada.
La opción que debe considerarse es la primera, exceptuando a los L39. En su lugar, podrían adquirirse más Embraer Super Tucano y dotar a nuestros pilotos de un avión de combate moderno, avanzado en sus sistemas y con gran capacidad de ataque al suelo.Esperemos que en la decisión reine la mentalidad a largo plazo y no la búsqueda de soluciones temporales, que no harán más que minar la capacidad operativa de la Fuerza Aérea Mexicana.
Pd. Si la decisión estará basada en la disponibilidad de recursos, por qué no cerrar la gran cantidad de bases aéreas militares que no sirven para nada. Como ejemplo, está la Báse Aérea Militar de Monterrey, donde casi nunca hay equipo de vuelo y que se encuentra en el interior del Aeropuerto del Norte. Así como ésta, hay más bases que consumen personal y recursos para nada. Si de vez en cuando llegan aviones militares, bien pudieran hospedarse en los mismos aeropuertos, no se justifica tener bases aéreas si sólo son visitadas de vez en cuando por un perdido Cessna. Eso ahorraría recursos, que pudieran utilizarse en renovar el equipo de vuelo.
É isso aí! Super Tucanos para a Fôrça Aérea Mexicana. DÁ-LHE EMBRAER!
Um abraço e até mais...