Ya estuve en Sintra, doy mi opinión:
Accesos impecables. Se puede ir en carretera de 2 o más carriles hasta la cercanía de la villa. Las autopistas portuguesas tienen un sobresaliente en mi opinión, y aún más si las comparamos con las cochambrosas autovías españolas. Justo saliendo de Lisboa hacia Sintra hay lo que parece una base militar de los comandos.
El trayecto entre Lisboa y Sintra está superpoblado con edificios en altura y urbanizaciones de casas, durante un tiempo me temí encontrar un pueblo atrapado entre edificios, pero afortunadamente no era así. Viviendas bajas y paisaje verde dominan la vista desde Sintra hacia el oeste hasta el océano.
Buen clima, mucha vegetación. La villa está amparada por el monte da Lúa, un buen pico de unos 500 m. de altura. La villa antigua es un pueblo con encanto, viviendas antiguas pero bien conservadas y ¡milagro! con personas viviendo en su interior. La gente vive aparentemente del turismo: hay multitud de tiendas de recuerdos, cafeterías, restaurantes y joyerías (típico de sitios similares). Restaurantes con precios asequibles.
Palacio Nacional: estupendo interior y estupenda visita. Impresiona ver el dormitorio del malogrado rey Sebastiao, muerto frente a los moros en Alcazarquivir, así como la sala de los escudos de armas de la nobleza portuguesa. Todas las visitas a los palacios de Sintra cuestan 4-5 euros por persona, excepto para el Palacio da Pena.
Que alguien derribe el horrible hotel Tivoli, situado justo al lado del Palacio Nacional y sin valor arquitectónico alguno, por favor
Jardín y villa da Regaleira: de inicios del siglo XX, en estilo neo-manuelino. Jardines magníficos, con estanques, esculturas y especies botánicas curiosas. La capilla es digna de ver, parece una catedral en miniatura con todo tipo de detalles. El edificio principal cuenta con una gran biblioteca a la que se accede por una escalera de caracol. Un entorno que invita al paseo. Visita imprescindible y muy recomendable.
Castelo dos Mouros: interesante sobre todo por motivos históricos, pero apenas se conserva algo más que los muros exteriores. 4 euros por la entrada es un precio excesivo para lo que el lugar ofrece.
Palacio da Pena: Entrada cara, cuesta el doble que el resto (8 euros por verlo todo). Impresiona ante todo el lugar donde está construido, personalmente me parece un sitio poco adecuado para un palacio (está en todo lo alto del monte da Lúa). Fue residencia de los reyes durante la segunda mitad del siglo XIX. Así debían aislarse de los problemas de la gente, supongo.
Pese a ser bastante más reciente que el Palacio Nacional, se notan ciertos problemas de conservación. La fachada, de vivos colores, tiene algunos desconchones bastante grandes en varios muros. La entrada es de foto: hay que pasar bajo un arco con una impresionante cabeza de Neptuno, de la que sale un coral que forma los lados del arco. Las vistas dominan todo el entorno hasta el océano.
Las cámaras de los reyes y sus acompañantes se conservan tal cual estaban, con centralita telefónica del año catapún incluida. Estilo recargado, vivían como lo que eran. Monumento a una dinastía en declive.
Noche en Estoril y visita-relámpago a Cascais. Cascais también tiene parte antigua, zonas de paseo y encanto como pueblo costero. Estoril no tanto. Con Cascais y alrededores forman un connurbano turístico-veraniego, aunque las mejores playas deben estar más bien hacia el oeste del lugar. Tiene autopista con Lisboa, que enlaza con una autopista de circunvalación en dirección norte.
Después de una misa de campaña y de tomar posesión en nombre de Su Majestad Católica, dimos por terminada la incursión en tierra de infieles y nos fuimos con viento favorable hacia zonas más cristianas. Saludos
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