Rusia emprende una profunda reforma de las Fuerzas Armadas
El Kremlin aumentará el gasto militar para modernizar un ejército obsoleto
RODRIGO FERNÁNDEZ - Moscú - 29/10/2008
Los militares rusos están consternados. El Gobierno ha decidido realizar a paso acelerado una reforma que tiene como fin reducir las Fuerzas Armadas a un millón de soldados para el año 2012 -un recorte del 13%- y convertir su Ejército en estructuras móviles y ágiles, dotadas de armas modernas. ¿La razón de las prisas? La guerra con Georgia, que dejó en claro que el Ejército actual es un aparato anquilosado, lento y sus armas están viejas.
La reforma anunciada por el ministro de Defensa, Anatoli Serdiukov, es, según los especialistas, la más radical en la historia rusa después de la que emprendió Nikita Jruschov (1954-1968), y prevé una drástica disminución de la cantidad de oficiales, de los actuales 350.000 a 150.000 en los próximos cuatro años.
La guerra de los cinco días, como llaman en Rusia al conflicto con Georgia, ha mostrado que el sistema de dirección del Ejército está obsoleto y ha impulsado al Kremlin a abandonar el sistema de cuatro eslabones de la época soviética -distrito militar, ejército, división, regimiento- y reemplazarlo por uno de tres, más moderno: distrito militar, mando operativo, brigada.
Tanto el armamento como la preparación están al nivel de los años sesenta, según el primer viceministro de Defensa, Alexandr Komakov. Lo más nuevo que se puede encontrar en el Ejército data de los años ochenta. Y hay una cantidad excesiva de generales y coroneles, pero pocos tenientes.
Durante el reciente conflicto, los militares no tenían medios de comunicación modernos, y los que poseían eran inútiles frente a los georgianos, que demostraron una excelente guerra radioelectrónica. El diario Komsomólsakaya Pravda cuenta que un corresponsal le tuvo que prestar al comandante del 58 Ejército, cuando éste avanzaba hacia Tsjinvali, su teléfono satélite, porque el general no podía comunicarse con la artillería, y necesitaba que ésta disparara contra las colinas que dominaban los georgianos. Los rusos carecían también de medios de comunicación individuales, de dispositivos para ver en la noche y de muchos otros aparatos. El sistema ruso GLONASS -equivalente al GPS estadounidense- no funciona, porque no hay la cantidad suficiente de satélites en el espacio.
Las unidades del Distrito Militar del Cáucaso del Norte "combatieron como lo hacía el Ejército soviético hace 20, 30 e incluso 50 años atrás", resume la situación el presidente del Instituto de Evaluaciones Estratégicas, Alexandr Konoválov.
Los planes de modernización de las Fuerzas Armadas rusas prevén de aquí a 2020 no sólo solucionar esas deficiencias, sino también invertir grandes sumas de dinero en la construcción de nuevos portaviones, submarinos, aviones de quinta generación, y el desarrollo de la defensa aero-espacial. Para cumplir estos planes, se necesitará como mínimo unos 15.000 millones de dólares (unos 12.000 millones de euros), según cálculos de Konoválov, lo que exigirá aumentar sustancialmente la partida presupuestaria destinada a los encargos estatales de armamento. Por lo pronto, el presupuesto militar aumentará el próximo año en un 26% y alcanzará unos 47.000 millones de dólares (37.000 millones de euros): será el más alto desde la caída de la URSS pero todavía menos del 3% del PIB, y notablemente alejado de los 371.000 millones de euros (equivalente al 40% del PIB español) que ha destinado EE UU en Defensa este año.
Además, los expertos independientes, como Pável Felgengauer, sostienen que dar esas sumas al complejo de la industria militar (CIM) ruso es malgastar el dinero y que lo que hay que hacer es comprar armamento moderno en el extranjero, algo que se hacía en la época zarista e incluso en la soviética y que hoy está prohibido. El principal problema es que el CIM no tiene más capacidades que las actuales, por lo que simplemente no puede producir más por mucho dinero que se le inyecte.
Cómo inyectar, en tiempos de crisis económica, las ingentes sumas de dinero que el Ejército necesita es algo que se preguntan cada vez más expertos, pero si se deja de lado el problema de la financiación, los planes anunciados por el presidente, Dmitri Medvédev, siguen siendo difíciles de cumplir. Por ejemplo, Rusia no tiene dónde construir los portaviones. En la época soviética lo hacían en Nikoláyevsk, hoy Ucrania. Para cumplir con los planes declarados habría que construir astilleros especiales en otro lugar, y sin contar con experiencia en este campo. Por lo demás, los construidos en Nikoláyevsk no eran muy buenos que digamos, según Felgengauer.
No menos grave es el problema humano: la resistencia que, según los expertos, habrá a la reforma, sobre todo de parte de los oficiales que se quedarán en la calle. Verdad es que éstos serán menos que la simple resta entre 350.000 y 150.000, ya que hay decenas de miles que están vacantes, pero en cualquier caso superará los cien mil hombres.
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