Brasil, el Pacto del Pacífico y Humala
May. 06 , 2011
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La semana recién pasada, una serie de hechos que venían preparándose desde hace algún tiempo se hicieron presentes casi simultáneamente y pusieron en la línea de partida la carrera que animará a la región en los próximos años: El proyecto “liberal” del Pacífico y el liderazgo regional de Lula /Brasil.
El Acuerdo Arco del Pacífico Latinoamericano o Foro sobre la Iniciativa de la Cuenca del Pacífico Latinoamericano es un espacio informal, de alto nivel, para la identificación de acciones conjuntas dirigidas a intensificar y fortalecer los vínculos económico-comerciales y de cooperación entre sus miembros; una plataforma de proyección coordinada hacia el Asia Pacífico y también un espacio para formar consensos incorporando a los sectores privados - académicos y empresarios - de la Cuenca Pacífico latinoamericana en las labores del Foro. Está compuesto por 11 países entre los cuales Chile, Perú, Colombia y México, todos ellos comprometidos con la democracia y la economía de mercado.
El viernes 29 de abril los presidentes Sebastián Piñera de Chile, Alan García de Perú, Juan Manuel Santos de Colombia y Felipe Calderón de México se reunieron en Lima a invitación del Presidente García, para firmar,- en el contexto del primer objetivo del Acuerdo o Foro -, un “Acuerdo de Integración Profunda” (AIP) destinado a facilitar el tránsito entre ellos, de bienes, servicios y personas, en vista a generar las sinergias que les permitan competir en la forma más eficiente en el gran mercado asiático y norteamericano. Posteriormente otros países del Foro se irán integrando, comenzando con Panamá que ya manifestó esa intención.
En la ceremonia de firma se produjo una situación curiosa que fue la invitación, por parte del Presidente García, a los dos postulantes a la presidencia de su país, Humala y Fujimori, a reunirse con los cuatro presidentes firmantes, en una jugada para comprometer a Humala en ese proyecto. ¿Por qué le pareció necesario comprometerlo?. Simple, Humala es la pieza central de Brasil para contener y desarmar el Arco del Pacífico, que aprecia como un proyecto que conspira contra sus planes de liderazgo regional.
Lo confirma la explicación entregada el lunes 25 de abril por Marco Aurelio García, alto asesor de la Presidencia de Brasil,: “Para saber cuál será la trascendencia del bloque del Arco del Pacifico, deberíamos esperar las elecciones de junio en Perú; cualquier decisión ahora tiene solo dos meses de validez” y la de Valter Pomar, alto dirigente del PT, “(el Arco del Pacífico) es un intento de articulación entre gobiernos de centro derecha para contraponerlo a otras iniciativas ya existentes” que tratan de administrar la globalización en base a un “nacionalismo sudamericano” liderado por Brasil: Unasur y Mercosur.
Brasil no esperó pasivamente; el año 2003, Toledo firmó acuerdos de asociación con Lula para poner en servicio los dos corredores bi oceánicos que darán salida a Brasil al Pacífico y Asia; el año pasado Humala se comprometió con los empresarios paulistas para la construcción de cinco centrales eléctricas en la frontera entre ambos países; refrendó el compromiso con las grandes empresas brasileñas que invierten en infraestructura en Perú y confirmó su alineamiento con Unasur. Todas estas medidas tienen indudable valor económico intrínseco, pero por sobre todo reflejan la voluntad brasileña de hacer un forado al Arco del Pacífico y potenciar el proyecto de supremacía continental brasileña. De aquí la asesoría política y el cofinanciamiento, junto a Chávez, de la candidatura de Humala.
Unasur partió como idea “bolivariana” el año 2004, fue apropiada por Brasil al año siguiente en Brasilia y redirigida hacia la conformación de algo similar a la Unión Europea. Su Tratado Constitutivo entró en vigor el 11 de marzo de 2011. Unasur pretendía varios objetivos: (1) Crear un espacio político de integración regional. (2) Dejar fuera del esquema a México, EEUU y a Canadá. (3) Conformar una plataforma para el liderazgo regional de Lula / Brasil. Pero Unasur presentaba debilidades insuperables: los “bolivarianos” no tenían su control completo, el organismo no tenía suficiente representatividad y no permitía el ingreso del ícono revolucionario latinoamericano: los hermanos Castro de Cuba.
Paralelamente el mismo grupo, Brasil / Venezuela / Argentina, comenzó a trabajar para la creación de un nuevo referente más ambicioso que Unasur: el reemplazo de la OEA por un organismo latinoamericano (que necesariamente debía incluir a México) que dejara a fuera a EEUU y Canadá; que diluyera la influencia de los estados con gobiernos “liberales” y permitiera incorporar a Cuba.
El 26 de abril recién pasado, los Ministros de Relaciones Exteriores de la mayoría de los países de América Latina y el Caribe se reunieron para diseñar lo que será la “Comunidad de Estados Latinoamericanos y el Caribe” (CELAC), organismo regional que reemplazará a la Organización de Estados Americanos. El encuentro se realizó en Caracas, bajo el auspicio del presidente Hugo Chávez y deberá entregar un conjunto de ideas para que los Presidente latinoamericanos las revisen en las reuniones que efectuarán los días 5 y 6 de julio, nuevamente en Caracas, y luego el año 2012 en Chile. La idea es que CELAC se instale en Quito, pero por ahora funciona en Brasilia.
Podemos apreciar que en Latinoamérica existen dos iniciativas de integración que sin ser excluyentes ni menos antagónicas, representan dos maneras diferentes de encarar la globalización y el desarrollo. Arco el Pacífico es un grupo de países que comparten cuatro características fundamentales: (1) Aplican políticas económicas de mercado (2) Se gobiernan mediante sistemas democráticos (3) Comercian intensamente con Asia – Pacífico y 4) Son ribereños del Pacífico Oriental, formando un amplio arco que va desde Chile hasta México.
Su objeto y funcionamiento es también diferente a los otros acuerdos regionales: es un espacio desformalizado de coordinación y consulta de alto nivel para la ejecución de acciones conjuntas dirigidas a generar sinergias en materias económicas y comerciales entre los países participantes, comparten un interés común de fortalecer sus relaciones con las economías del Asia Pacífico y es una plataforma de diálogo político y proyección coordinada de los países de la Cuenca del Pacífico Latinoamericano hacia la región Asia Pacífico.
Se puede apreciar que sigue los mismos lineamientos de APEC; se instala como el “espejo” latinoamericano del mismo y aplica el mismo tipo de esquema organizacional: abierto, toma de decisiones por acuerdos unánimes amplios; económico más que político; tolerante de las diferencias nacionales; asociando empresarios privados, gobiernos y académicos. Surge desde una plataforma exitosa y busca traer a América Latina los principios básicos de dicho éxito.
En el Sistema Internacional nunca hay garantías de nada, pero ésta es una de las propuestas más sólidas que se han propuesto en las últimas décadas ya que se basa en la aplicación de medidas comprobadamente exitosas entre estados que ya están convencidos de su viabilidad. No es construir nada nuevo sino coordinar los legítimos intereses individuales de cada Estado.
En Latinoamérica, a lo largo del muchos años, desde 1950, se han creado una amplia gama de organizaciones para favorecer la integración regional e impulsar el desarrollo en forma conjunta. Todas lo hicieron en base a la voluntad política de sus gobernantes de turno, generalmente sin otros elementos comunes que dieran solidez al intento y muchas veces contradiciendo principios básicos de complementariedad económica, ideológica e incluso geopolítica.
En ellas concurrieron estados con diferentes institucionalidades políticas y con diferentes políticas económicas, que se reunieron en torno a sistemas de arancel externo común en un intento por limitar la competencia, proteger sus industrias y producciones nacionales y crecer en base el comercio intra-pacto. El estancamiento y pérdida de relevancia ha sido el destino compartido por muchos de ellos. Los tres últimos casos son el ALBA de Venezuela, el Mercosur liderados por Brasil y Argentina y Unasur, ninguna de los cuales parece gozar de gran dinamismo. Los hechos parecen señalar que cualquier tipo de asociación basada en un principio de aislamiento y conflicto con la globalización simple y sencillamente no ha funcionado hasta ahora y probablemente no lo hagan jamás.
Estas dos alternativas de inserción internacional,- Arco del Pacifico y Unasur -, son organizaciones que no debieran chocar entre si ya que no son competencia, sin embargo, detrás de los acuerdos comerciales y los abrazos políticos existen realidades que no por callarlas desaparecen: Colombia es un nuevo actor con un tremendo potencial económico, es la quinta economía latinoamericana, la tercera en población y la segunda en tasa de crecimiento de la inversión extranjera. "Yo no veo a Colombia intentando crear una alternativa a la Unasur - que aglutina a 12 países de la región - o al Mercosur", afirmó Marco Aurelio García, al diario Folha de Sao Paulo el lunes 25 de abril, mientras simultáneamente Alan García aseguraba que entre los cuatro presidente presentes en la firma del AIP concentraban mas habitantes y mas comercio que Mercosur. El mismo día, Folha de Sao Paulo sostenía que el "Acuerdo del Pacífico" significa la creación de un "bloque liberal" que será "contrapunto a la hegemonía de Brasil" y del Mercosur en la región, y también una reacción al Alba.
Dicho en otras palabras, Unasur mas allá de un acuerdo de integración económica regional, es un medio para establecer el liderazgo regional brasileño que ve con inquietud como el surgimiento del Arco del Pacífico levanta una alternativa económicamente tan potente como ella misma, pero dotada de un ideario político y comercial homogéneo, más eficaz y dinámico. No en vano Chile, Colombia, Perú y México, con un mercado de más de 200 millones de consumidores, representan el 35% del Producto Interno Bruto (PIB) de América Latina y más del 55% de las exportaciones de la región al mundo.
Latinoamérica es el mundo de los sueños, los entusiasmos y las agendas ocultas mientras que lo que se requiere para tener éxito es exactamente lo contario, realismo, perseverancia y transparencia.