ena!Battleaxe escreveu:Procurem os uruguaios nestas fotos.
https://www.mar.mil.br/menu_h/noticias/ ... adosul.htm
aqui nesta foto é a primeira da direita:
![Imagem](https://www.mar.mil.br/menu_h/noticias/diversos/imagens/operacao_atlasur/foto1.gif)
até que enfim
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não tens mais, padilha????
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ena!Battleaxe escreveu:Procurem os uruguaios nestas fotos.
https://www.mar.mil.br/menu_h/noticias/ ... adosul.htm
Bayardi contará detalles sobre choque entre fragatas
07.07.2008 | 7.31
La Comisión de Defensa del Senado recibirá esta tarde al ministro del área, José Bayardi, quien aportará detalles sobre el choque de las dos fragatas recién compradas a Portugal.
El suceso se produjo a mediados de abril frente a las costas de Sudáfrica.
Según recuerda El País, por la impericia, la Armada dispuso el relevo de los comandantes de ambas embarcaciones.
El presupuesto para la reparación de las naves en el país africano sería de unos 260.000 dólares.
fonteChoque de fragatas: marinos militares dijeron desconocer normas básicas.
CINCO OFICIALES RECIBIERON SANCIONES GRAVES
Tomado de la edicion del OBSERVADOR de hoy.
Los mandos dispusieron reforzar la instrucción de quienes se hacen a la mar
POR GABRIEL PEREYRA DE LA REDACCIÓN DE EL OBSERVADOR
La Armada aplicó sanciones graves a cinco oficiales que tripulaban las dos fragatas que chocaron en el Atlántico el 13 de mayo, y luego de una investigación en torno a ese episodio, ordenó ajustes en la instrucción de los militares que se hacen a la mar. Las dos fragatas –ROU 01 Uruguay y ROU 02 Pedro Campbell– fueron adquiridas de segunda mano a Portugal, y chocaron entre sí cuando se dirigían desde ese país hacia Sudáfrica para participar en unas operaciones internacionales.
Las dos fragatas costaron 13 millones de euros, y se estima que las reparaciones tras el choque ascendieron a US$ 260 mil.
En los interrogatorios de la investigación sobre el siniestro, a cuyas actas accedió El Observador, varios tripulantes, algunos de ellos oficiales superiores, dijeron desconocer o no recordar lo que establecen las normas internacionales de seguridad en la navegación como así tampoco las órdenes internas de la Armada uruguaya sobre la navegación en alta mar.
Tras el accidente, el comando de la Armada emitió una orden interna que obliga a quienes vayan a salir en operaciones, a pasar antes por el simulador de navegación que está en la Escuela Naval y que, según fuentes militares, permanecía sub utilizado hasta el momento (ver nota aparte).
Reunión. El miércoles 13, el comandante de la Armada, vicealmirante Juan Fernández, y el comandante de la Flota de Mar, contralmirante Hugo Viglietti, se reunieron en la Escuela Naval con más de cien capitanes de navío para explicarles que el choque se debió a una serie de errores de la tripulación en medio de condiciones meteorológicas adversas (niebla).
Viglietti manejó en la ocasión que los accidentes en el mar son algo común, y que se producen unos 600 siniestros marítimos al año. Puso como ejemplo un reciente siniestro en el que un buque japonés chocó con un pesquero (ver nota aparte).
Algunos militares que quedaron desconformes por cómo procedió el mando en torno a este episodio, dijeron a El Observador que el ejemplo del buque japonés no fue el mejor, ya que la Armada japonesa relevó a varios comandantes como responsables indirectos del siniestro, mientras que en Uruguay ningún superior sufrió sanciones.
Fuentes del comando de la Armada dijeron que si no hubo mayores sanciones se debió a que el accidente fue leve y no se registraron heridos ni muertos.
Durante la reunión del miércoles, un capitán de navío opinó que no sería conveniente argumentar públicamente que también hay accidentes en otras armadas porque sería visto como una forma de librarse de responsabilidades.
Otro oficial, en tanto, preguntó si no ameritaba un cambio en la instrucción naval, lo cual fue rechazado por los superiores, quienes dijeron que solo se harían “ajustes”. Este tema fue abordado por Viglietti en una orden interna a sus subalternos (ver nota aparte).
“No sé, señor”. La investigación interna por el accidente señala en sus “conclusiones” que hubo tripulantes que no siguieron las normas establecidas para navegar en esas condiciones meteorológicas, le atribuye a uno “falta de perspicacia”, a otro “falta de reacción”, y a un tercero imprudencia por haber realizado una “maniobra peligrosa” sin haber confirmado la distancia entre ambos buques.
Dice que todos los tripulantes habían prestado hasta entonces “un adecuado y competente servicio” y que esta vez pudo haber un “exceso de confianza”, ya que por su experiencia deberían haber reaccionado siguiendo los procedimientos de seguridad en navegación con niebla.
Sin embargo, en el interrogatorio que el encargado de la investigación, el capitán de navío Álvaro Aldecosea, hizo a los tripulantes, se desprende que estos desconocían, o al menos así lo declararon, procedimientos básicos de navegación.
Ante la pregunta de por qué no anotó en la bitácora la disminución de visibilidad, el teniente de navío Gustavo Flores respondió: “No se, no se me ocurrió”.
¿Quién lleva el libro de bitácoras?, le preguntó entonces Aldecosea, a lo que el marino le dijo que “el oficial de guardia”.
“¿Es lo que está establecido en las directivas?”, preguntó Aldecosea. “No lo sé, señor”, respondió Flores. “¿Por qué no fueron marcados los cambios de rumbo en la carta?”, inquirió el investigador: “No lo sé, señor”, volvió a responder el teniente de navío.
En tanto, el capitán de fragata Jorge Filardi, que estaba al mando del ROU 01 Uruguay cuando el choque, sostuvo que “en el radar de puente” pudo ver “blancos que no se detectaban estando estos a la vista”, y que ese radar, en el primer viaje que hacían las dos fragatas luego de haber sido adquiridas por Uruguay, “había presentado fallas en otras oportunidades”.
“¿Cómo se venían situando en la carta?”, preguntó Aldecosea, y Filardo respondió que “por GPS”. “¿Eso es lo que establece la orden interna de la Fuerza de Mar en cuanto a normas de navegación?”, preguntó Aldecosea, y el oficial superior que estaba a cargo de la fragata Uruguay respondió: “No sé señor”.
Fuentes militares dijeron que la orden interna a la que aludía Aldecosea establece que en alta mar se debe navegar “por estima”, es decir, teniendo en cuenta los vientos y las corrientes, y respaldando eso con el GPS, pero varios de los interrogados dijeron no recordarlo o desconocerlo.
Por ejemplo, Aldecosea le preguntó al suboficial Washington Rodríguez si en su adiestramiento no le fue indicado que por una orden de la fuerza de mar debía navegar “por estima” con complemento de GPS, y el marino respondió: “No, (…) era la primera vez que estaba como suboficial de guardia de puente”.
Desconocimiento. Incluso, durante los interrogatorios por la investigación del choque hubo marinos que también dijeron desconocer normas internacionales básicas para la navegación en alta mar. “¿Por qué no se hicieron los toques de pito establecidos en el Reglamento Internacional para Prevenir Abordajes (RIPPA)?”, preguntó Aldecosea al teniente de navío Rodrigo Pazos, quien respondió: “No lo se señor”.
“¿Recuerda lo que dice el RIPPA en referencia a velocidad de seguridad?”, preguntó el investigador, y el marino respondió: “La regla 19 para buques navegando con visibilidad reducida determina reducir velocidad y emplea una palabra que no recuerdo ahora”.
El investigador siguió preguntando: “¿Por qué cayó a babor?”, y Pazos respondió: “En la apreciación inmediata de la situación una caída hacia la banda contraria hubiese puesto mi proa en peligro de colisión sobre la banda de babor de la ROU 02”. “¿Sabe lo que dice el RIPPA al respecto?”, preguntó Aldecosea, y Pazos respondió: “No lo recuerdo, en una situación de este tipo no lo recuerdo”.
Cuando le tocó interrogar al alférez de fragata Jonhatan Bruce, Aldecosea le preguntó si como oficial de comunicaciones sus funciones estaban establecidas en el manual orgánico de la unidad. “Esta unidad no tiene manual orgánico sino que se basa en las anteriores”, respondió Bruce.
“¿Tiene idea si en el manual anteriormente mencionado sus funciones están establecidas?”, preguntó el investigador, y Bruce respondió: “No lo se señor”.
“¿Leyó el manual orgánico del buque de las anteriores fragatas?”, preguntó Aldecosea. “No todo”, respondió Bruce.
En otro pasaje de la investigación, Aldecosea preguntó al marino de primera Fernando Peñalosa cómo se comunicaba con el puente de mando, y este le dijo que debía caminar hacía allí. “¿No hay otro sistema de comunicación?”, quiso saber el investigador. “No, en el puente alto hay uno pero no funcionaba”, contó el marino.
Luego Aldecosea interrogó al cabo Víctor Gómez: “¿Se hace una rutina de sincronización de relojes en todo el buque?”. El cabo respondió: “En el comando de instrucción no se ha hecho porque no hay relojes de mamparo para hacerlo”. “¿Se hace una sincronización de relojes con el otro buque?”, inquirió Aldecosea, y Gómez respondió: “No que yo tenga conocimiento”.
Un investigador en la línea de mando: dos visiones
El orden jerárquico dentro de la Armada establece que por debajo del comandante en jefe está el comandante de la Flota de Mar, y dentro de esta hay un jefe, que es el capitán de navío Álvaro Aldecosea, del que dependen los barcos en alta mar. Por esa razón, algunos marinos cuestionaron que haya sido el propio Aldecosea el que encabezó la investigación administrativa sobre sus subalternos. "El decreto 500 establece que un jerarca se puede excusar o ser recusado si tiene injerencia directa en un asunto, y en este caso del accidente Aldecosea estaba en la línea de mando", dijo un oficial. No obstante, desde el comando de la Flota se indicó que cuando se forma un "grupo de tareas" como el que fue a buscar las fragatas a Portugal, este depende directamente del comandante en jefe y del comandante de la Flota, con lo cual Aldecosea pasa a tener un papel administrativo y eso, según esta visión, lo habilitó a encabezar la investigación del caso.
La tripulación no redujo la velocidad
El 8 de julio el comandante de la Armada, Juan Fernández, asistió al Parlamento a explicar el choque de las fragatas. "Hay determinadas situaciones (...) en las que es preciso llevar a cabo procedimientos claros que, en este caso, no se cumplieron. Uno de esos procedimientos era bajar la velocidad y eso no se hizo", explicó el jefe naval. Fernández relató que el impacto se produjo en una zona reforzada de las fragatas, y que por eso no se produjeron víctimas entre la tripulación.
Claves
El gobierno adquirió por 13 millones de euros dos fragatas usadas a la Armada de Portugal.
Las fragatas debían ser llevadas por efectivos de la Armada uruguaya desde Portugal a Sudáfrica, para participar en una misión de entrenamiento con otros países.
En ese viaje las naves chocaron y los daños costaron US$ 250 mil.
Oficiales de la Armada, en reserva, cuestionaron el nivel de instrucción de los tripulantes, lo que fue rechazado por los mandos.
Los críticos dicen, por ejemplo, que uno de los sancionados por el choque sólo había tripulado una nave en los últimos 10 años, y que esa vez se le incendió la sala de máquinas.
Los sancionados
Capitán de navío Germán Lario, 12 días de arresto simple; capitán de fragata Jorge Filardi, 10 días de arresto simple; teniente de navío Rodrigo Pazos, 10 días de arresto a rigor; capitán de fragata Pablo Marrero, 15 días de arresto a rigor; teniente de navío Gustavo Flores, 12 días de arresto a rigor.
El simulador y el fantasma del Valiente
Luego del choque entre las dos fragatas, la Armada remitió a todas las unidades una orden de servicio, la número 14006.1/8, en la que señaló que se debía "complementar" la instrucción actual con una serie de medidas. Entre ellas, la implementación de cursos, para cuya asistencia se dispuso la "máxima prioridad" y en los cuales figura el uso de simuladores.
Se resolvió además realizar una conferencia para analizar el accidente de las dos fragatas de mayo de este año y el choque del barreminas Valiente contra el carguero Skyros, que en el año 2000 provocó la muerte a 11 integrantes de la Armada.
Advertencia: No darle jamás ventajas al mar
Luego del accidente de las dos fragatas en el Atlántico, el 16 de julio el comandante de la Flota de Mar, contralmirante Hugo Viglietti, emitió dos circulares internas. En una dispuso un reforzamiento de la instrucción militar (ver nota aparte) y en la otra señaló que si bien era necesario una "autocrítica", se debía destacar que el incidente de las fragatas "no tuvo consecuencias" en materia de heridos o muertos.
En esa circular el contralmirante sostuvo que datos internacionales muestran que por año hay cerca de 690 accidentes marítimos y "140 mil personas muertas" (sic).
"Bajo ningún concepto deben tomarse como un justificativo o como un consuelo por el incidente acaecido en nuestras fragatas", dijo Viglietti en el documento. Indicó que estas cifras buscan "conceptuar el incidente mencionado en el escenario de riesgo donde nuestra profesión se desarrolla" y "recordar a nuestras dotaciones que al mar no se le pueda dar jamás ventaja".
Atlántico
Nuevo incidente de fragatas lusas que compró la Armada
Atlántico. Choque con pesquero brasileño
Esta vez no fue por impericia, sino por una mala maniobra de un pesquero. Una de las fragatas recientemente compradas por la Armada a Portugal sufrió la segunda colisión desde que tiene bandera nacional y antes de llegar a puerto uruguayo.
El ministro interino de Defensa, Jorge Menéndez, dijo a El País que el miércoles, a las 15.45, las fragatas Campbell y Uruguay, reparadas en astilleros sudafricanos luego de haber chocado entre sí cuando navegaban desde Madeira a Ciudad del Cabo en su viaje inicial, avistaron en aguas jurisdiccionales uruguayas del océano Atlántico a dos pesqueros de bandera brasileña que pescaban ilegalmente. Según relató Menéndez, las fragatas pusieron proa a impedir la maniobra. Uno de los pesqueros escapó hacia aguas internacionales mientras que el otro (Joao Víctor I) fue interceptado con tan mala fortuna, que en el procedimiento de aproximación para su abordaje impactó contra una de las fragatas produciéndole daños menores.
Ayer el jefe de la Armada, Juan Fernández, informó al ministro sobre el detalle de lo sucedido.
La tripulación y la merluza fueron transbordadas a una de las fragatas, mientras se intentaba evitar el hundimiento del pesquero, averiado seriamente.
Los diez tripulantes del pesquero brasileño -que quedó abandonado- quedaron a disposición del juez. (*)
Hoy, cuando las fragatas amarren en Montevideo, el jefe de misión, capitán de navío Ricardo Young, ampliará la información a Menéndez.
ANTECEDENTE. Este nuevo incidente de las fragatas traerá consecuencias políticas. El presidente de la comisión de Defensa de Diputados, Javier García, adelantó a El País que convocará "urgentemente" al ministro José Bayardi para que informe sobre el episodio.
El 14 de mayo, días después de que Uruguay cerró la compra de las dos fragatas a la Marina de Portugal por 15 millones de euros, que se abonan en seis cuotas, un error humano en una maniobra de rutina en plena navegación provocó una colisión entre las dos fragatas, registrándose importantes daños materiales cuya reparación se hizo en un astillero de Sudáfrica. La Marina contrató de forma directa a la empresa sudafricana Armscor para la reparación de las fragatas. Los informes técnicos elaborados en el puerto de Simonstown, determinaron que las reparaciones eran imprescindibles para realizar el cruce del océano Atlántico con destino al puerto de Montevideo. La reparación costó US$ 267.504.
Según la Armada, se realizaban ejercicios rutinarios de aproximación entre ambos buques -40 o 50 metros entre uno y otro- cuando, a causa del ingreso en una zona de baja visibilidad con bancos de niebla, el procedimiento derivó en un choque a la altura de las cubiertas principales, o de navegación.
El choque no provocó lesionados pero sí consecuencias en la interna de la Armada, dado que el jefe de misión, los comandantes de ambas embarcaciones y los oficiales que se encontraban de guardia en el momento del accidente fueron relevados y se le ordenó retornar inmediatamente a Montevideo. Fueron sustituidos por oficiales entre los cuales se halla el capitán Young, que hoy informará a Menéndez sobre el nuevo choque.
Viejos lobos marinos
Las fragatas Pedro Campbell y Uruguay costaron unos US$ 20 millones. Son consideradas material de segunda mano, botado hace 40 años por Portugal. Al servicio de la Armada lusa, las fragatas fueron utilizadas en misiones en África, integraron las fuerzas permanentes de la OTAN en el Atlántico, realizaron viajes de instrucción de los cadetes portugueses y participaron en misiones de búsqueda y salvamento.
Nunca vi tanta urucubaca em um navio, My God!!!Battleaxe escreveu:hehehehehehehe
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Eu sempre procuro locais novods para fotos novas em angulos diferentes, mas, jamais iria estragar um pesqueiro para isso!
Não , não estavamos lá!
video
Choque de fragata uruguaya con pesquero brasileño
En las imágenes cedidas por la Armada Nacional, se muestra como el pesquero brasileño interceptó a la Fragata, obligándola a impactar con éste.
La imágenes, que fueron tomadas por personal naval desde la fragata, muestran el avistamiento del pesquero, el cruce del mismo con la Fragata y el deterioro ocurrido en el barco de bandera norteña. Luego se puede observar como personal de la Armada Nacional aborda el pesquero.
EL PAÍS digital