La controvertida energía nuclear pone el cierre a las XXIII Jornadas de Energía y Medio Ambiente de COGITIAR
Con un salón de actos a rebosar, COGITIAR clausuró ayer la 23ª edición de sus Jornadas de Energía y Medio Ambiente por todo lo alto con Alfredo García, más conocido en el mundo virtual como ‘OperadorNuclear’. Además de un buen número de colegiados, muchos de sus seguidores zaragozanos se acercaron a escuchar su ponencia sobre ‘La revolución de los pequeños reactores nucleares’ y aprovecharon, también, para que les firmara alguno de sus libros.
Ingeniero de telecomunicaciones, supervisor en la central nuclear de Ascó (Tarragona) y apasionado divulgador, García es un activo defensor del papel de la energía nuclear como herramienta de mitigación del calentamiento global. Y, como tal, defendió que la nuclear es tan sostenible, verde y baja en emisiones como las renovables ante la sorpresa de muchos asistentes. Porque ahí, en el desconocimiento, reside, según él, la clave de las reticencias hacia esta energía. “La gestión de los residuos radiactivos es muy segura y los accidentes son mínimos. Quien no le tiene miedo es quien está bien informado y documentado”, aseguró.
García comenzó su exposición explicando qué es un reactor modular pequeño o SMR. Se trata de reactores nucleares avanzados con una capacidad de potencia de hasta 300 megavatios por unidad, lo que representa cerca de un tercio de la capacidad de generación de los reactores nucleares de potencia tradicionales, y pueden producir grandes cantidades de electricidad con bajas emisiones de carbono. Después, hizo un repaso por los más de 70 diseños de SMR comerciales que se están desarrollando en todo el mundo, entre los que destacó los modulares, las centrales flotantes, los reactores refrigerados por gas a muy alta temperatura, los que emplean sales ya fundidas (en el propio refrigerante llevan disuelto el combustible), los que se refrigeran por metales líquidos como el plomo o los microrreactores. “No son diseños conceptuales, sino realidades que ya están funcionando”, aclaró.
En cuanto a los usos, en función de la tecnología empleada y la temperatura alcanzada, enumeró la generación de calefacción, la desalación de agua de mar, la fabricación de papel o la refinería de petróleo, entre otros. En este sentido, también apuntó que las centrales de carbón se podrían convertir en nucleares con los SMR, lo que supondría “una forma sencilla de descarbonizarnos aprovechando lo que ya tenemos”, sugirió.
Basándose en informes de organizaciones mundiales del sector que recogen proyectos en marcha, García demostró que todos los países, excepto Alemania y España, apuestan por la energía nuclear. Aunque está abiertamente a favor de esta, García reconoció que “no sirve para todo”. “Es imprescindible, sí, pero es una herramienta más como hay otras: las renovables, el hidrógeno, el metanol…”, señaló.
Durante el tiempo para el coloquio y las preguntas, García se mostró confiado en que finalmente España no clausure sus centrales nucleares, como así lo prevé un plan de cierres progresivos de 2027 a 2035, y dejó una frase para reflexionar: “No tenemos que salvar el planeta, que seguirá existiendo sin nosotros; tenemos que salvar al mundo, es decir, a la humanidad”.
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