El personal trainer de la FACH
En los últimos días, el ministro de Defensa informó a la Cámara de Diputados la decisión del Gobierno acerca del modelo y la empresa que se adjudicaría la operación de más de 100 millones de dólares. Por ahora, la brasileña Embraer lleva una importante ventaja.
La noche estaba tranquila. Las carpas, mochilas, fusiles y combatientes estaban seguros bajo el verde follaje de la selva amazónica. Cuando uno de los vigías oyó el zumbido lejano de hélices pensó que se trataba de la aviación ecuatoriana que patrullaba la frontera. No pudo imaginar nada más. Pocos segundos después yacía destrozado por las bombas junto a otros 17 guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, entre ellos Raúl Reyes, el segundo hombre de las FARC.
De noche, en territorio ecuatoriano y apenas sin visibilidad a causa de la densa vegetación, los Súper Tucano de la Fuerza Aérea de Colombia dejaron caer al menos 10 bombas. Fue un rápido ataque, a 500 kilómetros por hora, que despejó el terreno para la incursión de un grupo de comandos que, por tierra, terminó de aniquilar el campamento insurgente.
El Gobierno del Presidente Álvaro Uribe ha comprado, en los últimos años, 25 aviones de ese tipo a la Empresa Brasileira de Aeronautica S.A. (Embraer), y los ha destinado exclusivamente a la lucha antisubversiva y antinarcóticos. Se trata de una aeronave concebida principalmente como un avión de entrenamiento de última generación, pero que, por sus características, tiene la capacidad de convertirse en un avión de combate ligero.
En la última semana, LND supo que el Gobierno de Chile tomó una decisión respecto al modelo que comprará como avión de entrenamiento avanzado para los pilotos de la FACH. Se trata de una inversión de entre 100 y 150 millones de dólares, por un total de 12 aeronaves nuevas.
Una comisión integrada por especialistas del Ministerio de Defensa y la FACH evaluó las seis ofertas más cercanas a los requerimientos que se habían planteado. Éstos tenían que ver, principalmente, con la capacidad para entrenar a los pilotos de los cazabombarderos F-16. Dentro de las ofertas de aviones turbohélice estaban los modelos Pilatus PC-21 (Suiza), Embraer EMB-314 Súper Tucano (Brasil) y Beechcraft T-6A Texan II (EEUU). También se analizaron propuestas de aviones a reacción, como el Aermacchi M346 (Italia), el Korean Aerospace Industries T-50 (fabricado en conjunto con la estadounidense Lockheed Martin, la de los F-16) y el AT-63 Pampa, diseñado en Argentina y ensamblado en ese país por Lockheed.
Hasta hace un mes, las opciones se habían acotado a dos: Pilatus y Embraer. A mediados de los ochenta, la empresa suiza había vendido a la Armada un modelo más antiguo (PC-7), lo que significaba su ingreso a esta gama de aviones y una buena plataforma para optar al pedido de la FACH.
Sin embargo, las buenas relaciones con el Gobierno de Brasil y la posibilidad de aumentar los convenios productivos vigentes entre Embraer y la Empresa Nacional de Aeronáutica (Enaer) habrían inclinado a la comisión encargada de seleccionar el avión de entrenamiento por la opción del Súper Tucano.
La decisión Final
Entre los observadores y representantes de las empresas fabricantes que han intervenido en el proceso de promoción no hay demasiada sorpresa.
Los fabricantes tenían claro que esta versión de Fidae sería importante, pues coincidiría con la decisión del Gobierno respecto a la aeronave que reemplazará a los A-36 Halcón, un avión de origen español ensamblado en Chile durante la década de los ochenta.
Durante la última sesión de la Comisión de Defensa de la Cámara de Diputados, realizada el martes pasado, el ministro José Goñi, el comandante en jefe de la FACH, Ricardo Ortega, y otros seis generales de esta institución, informaron a los legisladores que habían decidido la compra de las naves. Por la misma razón, la instancia decidió dar a la reunión el carácter de secreta.
Patricio Hales, miembro de la comisión, indicó a LND que las empresas "ofrecen diferentes características logísticas, técnicas y aviónicas a diferentes precios. Lo que ha hecho la FACH es cumplir con la instrucción del ministro de informar a la comisión todas las decisiones de compras de material bélico, para romper el estilo anterior que hacia que los parlamentarios se informaran a través de la prensa".
Respecto de la reunión, Hales señaló que "los antecedentes fueron expuestos por completo y, por lo tanto, nos formamos nuestra opinión. Pero la decisión definitiva se va a comunicar oficialmente, primero, a las empresas", e indicó su acuerdo con que los detalles de la operación se mantengan por ahora en secreto, "porque el vendedor puede poner condiciones más difíciles. No queremos chascos".
Por su parte, el subsecretario de Aviación, Raúl Vergara, confirmó que hay una decisión tomada: "Hasta donde sé, están en las aprobaciones oficiales de la selección del modelo, que fue lo que se informó a la Comisión de Defensa".
Por estos días, el secretario de Estado está encargado de coordinar el proyecto para la compra de un satélite el tercero que tendría nuestro país y su puesta en órbita para el bicentenario. Dice saber poco acerca del avión de entrenamiento, pero afirma que la definición deberá hacerse pública muy pronto. "Una vez que hay una empresa seleccionada, se negocian los términos del contrato, los plazos para la entrega de las naves, asegurar la calidad de lo que se ofrece y, también, los plazos para el pago", explica.
Hace algunos meses, el ministro Goñi instruyó la instalación de un Comité de Evaluación de Proyectos, que tiene como misión unificar criterios para la adquisición de material militar mediante la integración de todas las ramas de las FFAA y civiles.
Vergara explica que esta instancia que dirige el ingeniero Orlando Guastavino debiera ejercer un control sobre las necesidades y la acción de los proveedores y los representantes de éstos, y destaca que este comité, junto a los procedimientos generales que incorporará la ley que regula el lobby, son medidas de transparencia.
"En compras de esta magnitud, siempre va a haber ‘presiones’ de parte de las empresas mientras haya mercado. El tema es cómo las instituciones se resguardan de aquello", advierte.