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Otros diarios, como 'The Guardian', se remiten a explicar el polémico momento en la calificación del sábado sin cargar las tintas en los titulares.

Así, este periódico destaca que "el retraso de McLaren en devolver a Alonso a la pista (con la consiguiente demora para Hamilton) se debió a que el español necesitaba menos tráfico en el circuito, un argumento no creíble, debido a que sólo había cuatro coches en pista".

El 'Guardian', sin embargo, reconoce que antes Hamilton había ignorado instrucciones desde los 'boxes' para que "permitiera a Fernando Alonso adelantarlo por razones tácticas" y recoge la bronca que mantuvieron por radio Ron Dennis, jefe de McLaren y Hamilton.

"No me vuelvas a hacer eso en tu puta vida", le decía Hamilton a Dennis, y éste le respondía: "No me hables así en tu puta vida". Tras eso Hamilton terminó la conversación con un desaire al jefe de la escudería.

EL ASTURIANO FINALIZA SU CONTRATO EN DICIEMBRE DE 2009
McLaren busca la paz con Fernando Alonso
La escudería británica no quiere que el asturiano se convierta en su peor enemigo



Actualizado miércoles 08/08/2007 01:49 (CET)
JAIME RODRÍGUEZ
MADRID.- Fernando Alonso no está cómodo en la escudería McLaren. No se siente integrado en un equipo que le mira como a un extraño, que no le ofrece el respeto que merece su historial, que incluso le ve como el primer enemigo del piloto favorito de la casa, Lewis Hamilton.

El español desearía que la situación fuera otra, pero también asume que el cambio de aires antes de que finalice su contrato (diciembre de 2009) es tremendamente complicado. La crisis desatada el pasado fin de semana en el seno de McLaren ha afilado un poco más el ambiente de una escudería líder en el Mundial y tensionada al máximo, con dos pilotos aspirantes al título.

La desobediencia de Lewis Hamilton en la sesión de clasificación, donde se saltó la estrategia prevista por la que su compañero tendría esta vez una vuelta extra más para intentar conseguir la 'pole', provocó la posterior sanción a Fernando Alonso, que le hizo partir desde la sexta posición y perder la primera plaza de la parrilla de salida. El resultado, victoria para el inglés y ampliación de su ventaja en el campeonato respecto al español, ahora a siete puntos.

Alonso o Hamilton, es el dilema que las dos estrellas mascullan, la duda que está abrasando al jefe de la escudería, Ron Dennis. El papel de favorito en este duelo doméstico lo tiene el joven negro, criado deportivamente en el equipo británico desde los 10 años, pero el grave desacato en el circuito de Budapest ha defraudado profundamente a su mentor. Fernando Alonso y su entorno sospechan que en el futuro no habrá llamativos cambios de actitud hacia él. No le llenaran de cariño, pero tampoco le facilitarán la salida.

El diario 'The Times' aseguraba el martes que Dennis abriría la puerta al español a final de temporada, si éste se lo solicitaba, detallando que el patrón de la escudería no desearía tener a un piloto a la fuerza. Sin embargo, tal proposición no ha llegado todavía a los oídos del asturiano, que se encuentra estos días de vacaciones, según trasladó su entorno a este periódico.

Al contrario, McLaren luchará porque el bicampeón siga en sus filas, según las mismas fuentes. Y, sobre todo, no quieren verle en un coche rival. Se niegan a que en el futuro se convierta en su peor adversario. En la escudería confirman que el salto cualitativo vivido este año se debe, en gran parte, a la llegada del español, que desde finales de 2006 ya asesoró sobre cómo debería desarrollarse el nuevo monoplaza para poder ser competitivos.

"Se ha producido una auténtica revolución", recuerdan siempre desde dentro. Por tanto, ni Ron Dennis ni los responsables de la compañía Mercedes desean que el ovetense refuerce a corto plazo a un enemigo directo, en un mercado tan pequeño en la actualidad de pilotos ganadores.

Planes de convivencia
Empresa y empleado reconocen que la situación es difícilmente sostenible, pero ambas partes confían en que se pueda alcanzar a un punto de no agresión, donde poder correr y ganar sin escándalos como el de Hungría. Dentro de menos de un año, en el ecuador de la vinculación de Alonso con McLaren, su renovación o marcha estarán de forma oficial encima de la mesa, por lo que esperan llegar hasta entonces sin demasiados arañazos y luciendo un nuevo título mundial.

Es el plan ideal, sin descartar que de aquí a final de campaña nuevos brotes hagan comprender a todas las partes que la convivencia así es imposible. Un ejemplo de la provisionalidad en McLaren: cualquier propuesta periodística sobre Alonso para final de temporada o principios de 2008 está en suspenso.

En la vertiente comercial, el español ya ha encontrado el apoyo de la Mutua Madrileña, su principal socio en la aventura con McLaren, ya que el Banco Santander es mecenas oficial del equipo. La aseguradora le ha mostrado su respaldo, garantizándole fidelidad presente y futura, si tuviera que cambiar de colores.

¿Dónde ir? La respuesta no es sencilla. Alonso quiere seguir en un coche ganador, que aspire a títulos, y en la Fórmula 1 de hoy, las opciones son escasas. El viaje natural hacia Ferrari es complicado a corto plazo, con sus dos volantes ocupados, y sólo BMW aparece como un proyecto poderoso, aunque lejos todavía de McLaren y el equipo italiano.

El martes, desde el equipo alemán aseguraron que no están pensando en fichar al español. Descartadas quedan otras propuestas, golosas en lo económico pero pobres en lo deportivo, como el regreso a Renault o el fichaje por Toyota.

Resolver un contrato de Fórmula 1 necesita la buena voluntad de los dos implicados, para saltarse las costosas cláusulas de penalización existentes. Y por el momento, McLaren tiembla al imaginarse siendo derrotada por el español a los mandos de otro monoplaza.