Reparación del ARA “San Juan”.
La reparación conocida como de media vida del submarino ARA San Juan, que se inició en el astillero Almirante Storni (ex Domecq García), busca recuperar capacidades de la industria naval perdidas hace décadas. La infraestructura que teníamos aquí permitía construir integralmente un submarino, recordó el jefe de la Armada, almirante Jorge Godoy, al finalizarse el corte del casco, paso previo al cambio de equipos y sistemas que extenderá en unos veinte años su vida útil, con una inversión de 20 millones de dólares.
La separación en dos partes interrumpió una racha de dos decenios en que en la Argentina no se hizo esta operación en este tipo de naves. La preparación llevó dos meses y en la ejecución intervino personal altamente calificado de la Armada. Otros desafíos son, mantener e incrementar esa capacidad que se fue perdiendo con los años de inactividad y el alejamiento de los técnicos navales por los bajos salarios. Para el jefe naval, la reparación tiene que ser una escuela de formación para reactivar la industria naval.
El Almirante Storni, junto con su vecino Tandanor, integran el Complejo Industrial Naval Argentino (CINAR). El primero fue recuperado y el segundo estaba al borde de la quiebra tras su privatización fraudulenta en 1991. La ministra de Defensa Nilda Garré, presentó a su cartera como querellante en esa causa: en 2007 un decreto de Néstor Kirchner anuló la privatización y reestatizó Tandanor. Delante de la enorme carcasa del San Juan, Garré afirmó que seguiremos invirtiendo en el CINAR.
Defensa busca la recuperación de unidades porque, explicó la ministra, el área del euro y del dólar torna imposibles las adquisiciones de nuevos buques. Hay que integrar las industrias navales de la región para tener un desarrollo más autónomo y mencionó el interés en trabajar con Chile y Brasil. La reparación debería hacerse en dos años y para Godoy el desafío es terminar en tiempo y forma y tener una carta de presentación para interesar a otros países en nuestros astilleros.
En un gesto político hacia Brasil, la Armada invitará a técnicos de su Marina, con la que desde hace años existe una estrecha cooperación, a participar de la soldadura final del submarino.
El año pasado, los dos países iniciaron conversaciones para la construcción conjunta de un submarino nuclear. En diciembre, Brasil dio un paso más hacia su obtención al sentar una asociación estratégica con Francia. En el CINAR trabajan 800 personas y se quiere llegar a las 2.500. Allí se instalará, además, la Tecnicatura de Ingeniería Naval, creada el año pasado por un convenio entre Defensa y la Universidad de Buenos Aires con el fin de capacitar personal para la industria naval (Luis Piñeiro, corresponsal de Grupo Edefa en Argentina).